Vivimos en un mundo caracterizado por los cambios y por tener que afrontar retos continuados que requieren una formación distinta. Debemos crear “lugares” propicios para ello.
El “ambiente Montessori” proporciona libertad de movimiento y adaptabilidad… donde la amplitud del espacio y la diversidad de equipamientos y recursos, favorecen la creación de entornos diferenciados para el aprendizaje innovador.
Creamos los ambientes de trabajo donde de forma natural y espontánea, se producen situaciones habituales de vida: el intercambio y la cooperación entre personas, la convivencia y aprendizaje entre edades distintas, la sensibilización y el respeto a las diferencias y diversidades… Todo un desarrollo de actitudes y comportamientos… decisión y acción.
Fomentamos la capacidad de comunicación desde una escucha activa, diálogo y participación… Podemos trabajar en equipo o de manera individual, según las necesidades del momento y del ritmo del individuo –alumno/a protagonista del proceso-.
En definitiva, creamos nuevos “escenarios” donde desarrollar proyectos a distintos niveles potenciando el aprendizaje significativo, la interactuación, creatividad y resolución de problemas, la iniciativa… así como la adquisición de otras competencias que demuestran madurez y crecimiento: responsabilidad, organización, autodisciplina, autonomía, compromiso … , interés y, deseos de aprender.