Queremos agradecer a Dios por esta maravillosa mujer que fue fiel a la llamada de Dios. A madre Pilar, desde los primeros años, se la vio una inclinación muy marcada a las cosas de Dios y a la caridad. Dios da a cada persona una misión en la vida y la felicidad se consigue siendo fiel a esa misión y haciéndola realidad. A la Madre Pilar la había escogido, para una misión extraordinaria, fundadora de una congregación que potenciase la educación y la dignidad de la juventud. La llamada siempre consiste en salir de uno mismo. Dios nos invita a ponernos en camino, a responder. La llamada puede ser descubierta de muchas maneras, cada uno tiene su edad, sus momentos, sus etapas... Puede ser que una persona la descubra de golpe o que vaya surgiendo poco a poco. Toda llamada exige una respuesta. No vale mirar para otro lado. Ni tampoco uno debe tener miedo a arriesgarse.
Aniversario del nacimiento de nuestra madre Fundadora
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